martes, 26 de junio de 2012

CMI como clave de éxito en los negocios

En muchas ocasiones pensamos que un buen sistema administrativo empresarial se logra con un fuerte sistema financiero. Sin embargo, no se debe pensar que el éxito empresarial se basa únicamente en ello, dado que existen otras perspectivas fundamentales a tener en cuenta a la hora de formular la función que asegura dicho éxito.
A partir de esta reflexión se explica el concepto de cuadro de mando integral (CMI) o  Balanced Scorecard (BSC), resultado de un trabajo de investigación realizado por Robert Kaplan y David P. Norton en el cual plantean que el CMI es un sistema de administración que va más allá de la perspectiva financiera con la que los managers evalúan la marcha de sus empresas; se puede definir como aquella herramienta que ayuda a las compañías a expresar los objetivos e iniciativas necesarias para cumplir con una estrategia fijada, desde una visión global. Esto es, el CMI permite transmitir las estrategias definidas por una organización de una manera más clara y eficiente a todos sus integrantes y, a la vez, poder traducir dichas estrategias en objetivos, indicadores y acciones concretas.
El cuadro de mando sugiere ver la organización desde cuatro perspectivas, desarrollando indicadores, recogiendo datos y analizándolos en relación a cada una de ellas:

La perspectiva financiera está basada en la contabilidad de la empresa. Asimismo, se interesa por la visión de los accionistas hacia la organización. Objetivos correspondientes a esta perspectiva son aquellos que maximizan el ahorro o logran la reducción de costes. Para ello, se utilizan indicadores como por ejemplo el índice de liquidez o de endeudamiento.
Respecto a la perspectiva del cliente se debe tener en cuenta que es fundamental lograr  una cartera de clientes fieles y satisfechos, cuyas expectativas estén cubiertas por los outputs de la organización en cuestión. El conocimiento de los clientes genera lograr beneficio para el panorama financiero.

Bajo la perspectiva interna del negocio se analizan la adecuación de los procesos internos de la compañía con el fin de obtener la satisfacción del cliente de manera que esto se traduzca en alto nivel de rendimiento financiero. Por ello, hay que centrar la atención en los procesos que afectan a la consecución de dicha satisfacción, con el fin de generar ventajas para la empresa.


Por último, se ha de tener en cuenta la perspectiva de la innovación y el aprendizaje  la cual se focaliza en el proceso por el cual la empresa continúe generando mejoras para crear valor. En este sentido, es esencial la capacidad de los empleados de desarrollar nuevas competencias que faciliten su productividad. Además de cursos de formación a la plantilla, es fundamental la creación de un clima positivo en la organización que fomente la motivación y el buen ambiente entre los trabajadores, tanto a nivel horizontal como vertical.
Conclusión
Tras el análisis realizado podemos concluir que el CMI es un sistema de gestión estratégica que enriquece y hace más fuerte los sistemas de control de gestión de las compañías, a la vez que generar una visión integral de la misma, por lo que con la fusión de las perspectivas desarrolladas anteriormente se logra canalizar energías y conocimientos de todos los miembros de la empresa para lograr las metas y objetivos establecidos y crear valor.

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