Desde hace aproximadamente medio siglo se viene desarrollando la teoría de la inteligencia empresarial (o business intelligence). Este término, definido por Garnet Group, una de las primeras empresas dedicadas a la tecnología de la información que se dio cuenta de su importancia, viene a ser la "transformación de los datos de la compañía para obtener una ventaja competitiva".
Lo que viene a decir dicha definición es que lo importante no es recopilar la mayor cantidad de datos de nuestro ambiente interno y externo, sino que además, debemos ser capaces de analizarlos y extraer las decisiones adecuadas para lograr nuestros objetivos. De esta forma podremos obtener una ventaja competitiva que nos permitirá distinguirnos de nuestros competidores en términos de eficacia.
Desde un punto de vista empresarial observamos claras ventajas con este sistema: al poder analizar con mayor profundidad los datos disponibles, podremos ser capaces de generar patrones de información y, con ellos, pronosticar resultados con una mayor fiabilidad que la competencia. Sin embargo, y para demostrar mejor la efectividad de la inteligencia empresarial, me dispongo a exponer un ejemplo efectivo de su uso en un campo completamente distinto, el deportivo. Para ello, me apoyo en la película (basada en hechos reales) Moneyball: Rompiendo las Reglas, de 2011,dirigida por Bennett Miller y protagonizada por Brad Pitt, Jonah Hill y Phillip Seymour Hoffman.
En dicho film se relata la historia de Billy Beane, director general de los Athletics de Oakland que, siguiendo los consejos del joven economista Peter Brand, consiguió llevar a su equipo (de recursos moderados y siempre en mitad de tabla) a pelear contra los New York Yankees en la final de los playoffs del año 2001. Lo que introdujo Brand, fanático del béisbol, en el equipo era el sistema "Moneyball", que no era más que una aplicación práctica del business intelligence. Para aclarar la importancia que supuso este cambio, cabe indicar que, en el béisbol, los ojeadores se fijan en que un jugador posea el mayor número de habilidades posibles (media de bateo, carreras realizadas, bases robadas,...). Sin embargo, lo que hizo Brand fue introducir a todos y cada uno de los jugadores de su plantilla en una base de datos, describiendo en cada campo sus habilidades asignándoles una cifra. De esta forma tenemos todos los datos disponibles de nuestro entorno interno, y sabemos con más claridad lo que necesitamos. De esta forma, por ejemplo, no fichamos un jugador completo, sino que si necesitamos un buen bateador, cogeremos al mejor bateador posible, aunque no sea buen receptor, porque para eso ya tenemos dicho puesto cubierto. Gracias a esto, podemos obtener una plantilla más completa, en vez de poseer áreas con recursos duplicados y otras con fuertes carencias. Y encima, al saber lo que buscamos, podemos obtenerlo a un menor coste, porque no estamos buscando 5 habilidades, sino 2 o 3.
Con este sistema, los Athletics de Oakland, a pesar de ser un equipo modesto (imaginad un equipo de la LFP como el Rayo Vallecano), lograron ganar los 2/3 de los partidos que jugaron ese año, y lograron clasificarse para los playoffs, llegando a la final contra los New York Yankees, un equipo que casi les triplicaba el presupuesto. Al final, los Athletics perdieron, pero pusieron de manifiesto la eficacia del sistema Moneyball.
Para que el business intelligence dé sus frutos hace falta algo primordial una vez ha obtenido la información deseada a partir de los datos barajados: la aplicación en la toma de decisiones por parte de los directivos. Debemos de ser capaces de poner en práctica las conclusiones recogidas en nuestro análisis de datos, aunque sean contrarios a la práctica habitual. De esta forma podremos desmarcarnos de nuestros problemas y llegar a buen puerto, obteniendo los resultados esperados.
Es esa conjunción entre los dos conceptos (análisis exhaustivo de los datos disponibles y su aplicación para la toma de decisiones del día a día), lo que hace del business intelligence algo tremendamente efectivo y a tener en cuenta para las empresas. Y si no, preguntad a Billy Beane y Peter Brand.
2 comentarios:
Estoy totalmente de acuerdo contigo, pues al fin y al cabo, la información en si misma no aporta nada, solo se covierte en algo valioso si sabemos usarla de forma correcta.
De manera que en función de su buen o mal uso la información puede traer como consecuencia el éxito o el fracaso de nuestro proyecto
El business inteligence es la clave de la ventaja competitiva de muchas empresas. Sus soluciones, contribuyen a mejorar las organizaciones y las relaciones con los clientes, mejorando la rentabilidad de los productos y servicios, creando valiosas y nuevas ofertas, mejorando la administración del riesgo, entre otros muchos objetivos.
Estoy completamente de acuerdo contigo en que el "business inteligence" debe ser una base de apoyo para la toma de decisiones de los directivos, entre otras pueden ayudarles a:
- Soporte y toma de decisiones sobre las diferentes áreas de negocio.
- Establecimiento de la visión y objetivos de la empresa, con enfoque principalmente estratégico y con resultados en periodos mas cortos de tiempo.
- Manejo del cambio y la cultura organizacional.
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