Según muchos expertos, aproximadamente una vez cada diez años surge una nueva tecnología que cambia por completo el ámbito de los negocios. En la década de los 80 descubrimos los ordenadores personales, en los 90 internet revolucionó las comunicaciones y hoy en día son las redes sociales las que están marcando las pautas.
El ascenso de las redes sociales ha traído consigo un nuevo canal de comunicación que las empresas más innovadoras no han dejado escapar ya que el éxito reside en estar donde esté el cliente y utilizar el medio que prefiera el cliente. A este respecto, los datos son abrumadores: unos 700 millones de usuarios en facebook y más de 175 millones en twitter.
Flujo de información
Twitter expone en tiempo real todo aquello que cualquier usuario en cualquier parte del mundo desee decir acerca de tu compañía, es decir, las fortalezas y debilidades quedan al descubierto instantáneamente. De esta forma, la rapidez de respuesta puede ser mucho mayor que utilizando canales tradicionales. En otras palabras, estamos ante un CRM bidireccional, en el que la información cliente-empresa fluye en ambas direcciones.
Otra de las grandes ventajas es que cada persona mantiene su propio perfil, por lo que las empresas ya no son las únicas responsables de mantener la cartera de clientes actualizada. Esto, unido a los controles de privacidad de facebook, permite a las compañías tener mucha información y de muy alta calidad respetando la privacidad de sus usuarios.
Personalización
Gracias a las redes sociales, la gente está compartiendo cada vez más información sobre ellos mismos en internet. Todo lo se escribe en el perfil, incluido el lugar de origen, trabajos y aficiones, familia, etc, puede ser utilizado por las empresas para personalizar las comunicaciones “afinando” su target.
La explosión de información que ha supuesto internet puede llegar a sobrecargar a los usuarios con demasiadas opciones. Sin embargo, gracias a las redes sociales se pueden crear filtros de información para recibir sólo aquello que nos interesa y, lo que es mejor, difundirlo instantáneamente a nuestros amigos que presumiblemente tendrán gustos parecidos.
En conclusión. las redes sociales han cambiado la forma que tienen las compañías de relacionarse con sus clientes, centrando más que nunca su actividad en las personas y no en los productos.
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