Desde el siglo pasado, montones y montones de visionarios han estado anticipándonos un mundo virtual fascículo a fascículo. Cada porción de realidad se intentaba trasladar a un contexto “virtual”. Teníamos las queridas mascotas virtuales (tamatgotchis), teníamos los chat, donde desarrollar relaciones virtuales, los videojuegos que nos permitían experimentar todo tipo de vivencias en un entorno irreal,... Pues a todo este "batiburrillo" se le une también un sistema monetario virtual.
Los fans de los Sims están de enhorabuena. Comprar bienes para un muñequito mediante dinero virtual está pasado de moda; ahora los puedes comprar para ti mismo. Un tal Satoshi Nakomoto, programador de profesión y cuyo nombre no se sabe si es real, desarrolló la primera moneda digital descentralizada: la “bitcoin”. Se trata de una moneda digital, que puede ser utilizada para comprar bienes y servicios del mundo real. Milton Friedman en su momento defendió la abolición de la Reserva Federal por un sistema automatizado que incrementase la oferta monetaria a un ritmo determinado para controlar la inflación. Parece que nuestro amigo japonés lo ha conseguido. Ahora bien, ¿un sistema monetario sin nadie detrás? Veamos como funciona.
Bitcoin se gestiona mediante una red P2P con un funcionamiento parecido a sistemas como BitTorrent. Las monedas se crean a un ritmo medio constante y se reparten a los usuarios en función de la cantidad de recursos que estos aportan al sistema siguiendo y validando las transacciones que se realizan con esta moneda. La oferta de Bitcoins se incrementa a un ritmo de 300 monedas a la hora actualmente, pero cada 4 años, este ritmo se reducirá a la mitad. La oferta total se limitará a 21 millones de monedas en 2030.
La moneda puede ser utilizada por cualquiera y los costes de transacción son menores que en otros sistemas tradicionales de pago. Los costes dependen fundamentalmente del hardware y de la energía utlizada para gestionar sistema. Por otro lado, se ha generado un mercado negro de bitcoins en los que los usuarios que quieran compartir recursos cambian estas monedas por euros o dólares.
Los mayores críticos de este sistema abogan que las bitcoins poseen los mismos defectos que otras monedas basadas en metales con oferta limitada. Muchos economistas señalan que dado que la oferta se va limitando con el futuro, puede suponer deflación. Los usuarios que tengan bitcoins pueden preferir mantener dichas monedas a gastarlas esperando que en el futuro valgan más y así poder comprar mas mercancias en el futuro que ahora.
Eso suponiendo que sea una moneda líquida. Su cotización con el dólar ha dado muchos bandazos como muestra de su iliquidez; actualmente 6,5 millones de unidades son manejadas por 10.000 usuarios. Además dado lo sofisticado del sistema es difícil aventurar que dicha volatilidad se suavice con la entrada de nuevos usuarios.
Por otro lado, el sistema no permite prestar monedas entre usuarios. Además, en el caso de que se permitiese, aparecería el problema de la seguridad en la devolución de los préstamos.
Pese a todas las críticas que se puede realizar a este sistema, es indudable que se trata de una idea bastante atractiva. ¿Qué opináis?
Para más info os dejo un link.
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