Snowden acaba de aterrizar en Moscú.
El acontecimiento está siendo internacionalmente seguido por gobiernos, empresas y ciudadanos.
A mí realmente solo me preocupa la persona; la magnitud de la acción que ha llevado a cabo este ciudadano es digna tanto de admiración como de respeto, pero sobre todo de protección. En cuanto al fondo del asunto, no me interesa lo más mínimo porque...¿de qué nos sorprendemos?
Es de sobra conocido que la única característica consustancial a todos los poderes del mundo (sean políticos, económicos, militares, etc) es su voluntad de perpetuarse. Y para conseguirlo, la única forma factible es el dominio de la información.
Haciendo un ligerísimo repaso histórico encontramos referencias al espionaje desde que disponemos prácticamente de testimonios escritos.
- En el Arte de la Guerra, escrito por Sun Tzu en el s.IV a.C. se recoge en su capítulo II: "Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro".
- Durante el Imperio Romano, su maquinaria militar tuvo gran éxito en parte por la labor de información que llevaba a cabo pero, lo que viene aún más al caso, es que existía igualmente el espionaje interno a los ciudadanos de la República. "Pero las verdaderas redes de espionaje romanas al final de la república eran privadas y de carácter interno. Las grandes figuras del Senado tenían sus propias redes formadas por clientes fisgones y libertos, que podían extenderse al extranjero". http://novaromahispania.blogspot.com.es/2003/12/orgenes-de-los-servicios-secretos-y-los.html
Así pues, ¿es nuevo que nos vigilen? Desde luego que está sobradamente demostrado que no pero, ¿es legítimo? Estoy muy de acuerdo en las recientes palabras de Obama donde sentenciaba que: "No es posible 100% de privacidad y 100% de seguridad". El único objetivo pues, sería determinar dónde debería estar la línea delgada que separa seguridad nacional de la intromisión injustificada.
Si el debate ha crecido exponencialmente durante estos últimos años (desde Wikileaks hasta Snowden) ha sido simplemente porque Internet ha hecho inmensamente más fácil el la comunicación...tanto para el que habla como para el que escucha. No creo que haya más soluciones a la vista que la propia prudencia de los usuarios, porque el poder siempre tiende a perpetuarse.
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