Los teléfonos
móviles se han convertido en una necesidad para muchas personas en todo el
mundo. La posibilidad de mantenernos en contacto con la familia, amigos, acceso
al correo electrónico, estar conectados a las redes sociales… son sólo unas
cuantas de las razones que explican la creciente importancia de nuestros
queridos teléfonos móviles.
Pero no
siempre estos dispositivos han sido accesibles para todo el mundo ya que estos
eran aparatos de gran volumen (llegando incluso a ser necesario disponer de
maletines para su uso con un peso superior a los 3 kilos), y de elevado coste
(en los años 70 Motorola, sacó al mercado el DynaTAC 8000X siendo su precio de unos 4.000 dólares).
No fue hasta
finales de la década de los 90 cuándo podemos hablar del despegue de la
telefonía móvil para el público en general. En el gráfico adjunto podemos
constatar dicha afirmación, que si bien representa únicamente datos sobre
España, se pueden extrapolar las conclusiones a la totalidad de los países
desarrollados.
Desde el momento en que el teléfono móvil se ha convertido en
una parte de nuestra vida, ese pequeño aparato nos ha permitido simplificar y
organizar nuestra manera de vivir. ¿Despertador? ¿Cámara de fotos? ¿Cámara de
video? ¿Gps? Hemos conseguido reducir los aparatos necesarios en nuestra vida
cotidiana. En nuestro pequeño móvil podemos reunir muchos otros aparatos que hasta hace algunos
años todos teníamos de manera individualizada, con la consiguiente ventaja de
espacio o gestión de los mismos. En el futuro los teléfonos móviles también
deben ser capaces de soportar el trabajo colectivo sobre aplicaciones distintas
gracias a los ERP, por lo que dichos artilugios provocarán un
tratamiento más eficiente de la información.
Sin embargo no todos son ventajas ya que, ¿quién no se ha
encontrado con gente con completamente absorta con sus teléfonos móviles? El
uso descontrolado del móvil puede provocar una desconexión importante de la
realidad y un alto grado de dependencia del mismo. Muchos estudios también
relevan los posibles aspectos negativos que puede tener en la salud un uso
intensivo de nuestro móvil, como puede ser el favorecer la infertilidad, los
tumores, o los problemas con el sueño. Existen evidencias científicas
suficientes para afirmar que la radiación indiscriminada de microondas
provocada por la telefonía móvil sobre la población tiene efectos para la salud
pública.
Podemos concluir por tanto que la telefonía móvil es un
proceso imparable y que no podemos evitar. En la medida en que los celulares sigan
mejorando nuestras opciones de vida veremos
como este tipo de tecnología llega a todos los lugares del mundo.
Sin embargo, como todo en la vida, los excesos y abusos siempre
serán malos.
¿Teléfono móvil sí o no? Es una pregunta que no requiere ni de
ser formulada, está siendo respondida a diario. El teléfono móvil es ya es una
parte muy importante de nuestra vida, por lo que solo debemos evitar que se
convierta en una parte imprescindible de la misma.
3 comentarios:
Me acuerdo todavía cuando los teléfonos móviles sólo se utilizaban para llamar y mandar SMSs...
Estoy de acuerdo en que hay veces que la gente se queda absorta mirando sus teléfonos, pero es que ya no son meros teléfonos, sino centros multimedia a los que es difícil resistirse. Esperemos que esta evolución no nos haga cada día más sociópatas e introvertidos.
Veremos...
Dijo Einstein hace unos cuantos años "Temo el día en que la tecnología sobrepase nuestra humanidad: el mundo solo tendra una generacion de idiotas". Da miedo comprobar lo poquito que se ha equivocado...
Interesante debate David, supongo que al final es como todo. Nada es malo mientras no se abuse de ello. La pregunta es ¿dónde está el límite?
Publicar un comentario