Esta última semana Mariano Rajoy
sorprendió anunciando las reformas de la Administración Pública a través de su
cuenta de Twitter. En un día en el que todo el mundo utiliza las redes sociales
no parece desafortunado que los políticos se suban al tren de los sistemas de
la información y las nuevas tecnologías, que además facilitan su difusión entre
la mayoría de los ciudadanos.
Centrándonos en lo que realmente
nos interesa, las tecnologías de la información, y sin valorar el contenido o
las medidas tomadas, sorprende que además de la forma, en la que las ha
publicado, cinco de las medidas están directamente relacionadas con los
sistemas de información.
Todas las empresas utilizan los
sistemas de la información para mejorar sus niveles de eficiencia en sus
operaciones, las empresas multinacionales conocen y controlan sus stocks,
estados financieros, cartera de clientes, etc. desde un solo ordenador y
además, como demuestran los estudios, las empresas que disponen de ERPs,
aumentan su valor. Entonces… ¿Por qué los estados no pueden seguir la misma
tendencia?
Estas cinco medidas anunciadas
tienen un mismo denominador común: la necesidad de sistemas robustos y potentes
que garanticen el éxito de las medidas, pero… ¿Se podría ir un paso más allá?
¿Podrán en un futuro estar todos los datos centralizados?
Sin duda esta medida tendría que
ser analizada en profundidad pero, ¿Llegará el día en el que desde el
expediente médico hasta los datos fiscales de los ciudadanos estarán accesibles
a través de una misma aplicación y centralizados? El tiempo lo dirá, pero si
las empresas tienden a centralizar toda la información ¿Por qué no podrían
hacerlo los Estados?
1 comentario:
El Estado y las administraciones públicas, en general, necesitan una renovación de gran calado a muchos niveles, en especial, en los sistemas de información, que están obsoletos, generando estructurales ineficiencias de coste, así como del bien más preciado en nuestros días: el tiempo. Todos hemos hecho cola en más de un organismo público, para realizar un simple trámite, que perfectamente podría realizarse desde casa, pero pese a los tímidos avances en esta materia en nuestro país, tenemos que pedir cita o desplazarnos y esperar a que nos atienda un empleado público que no tiene motivación alguna por gestionar rápidamente nuestra solicitud. Soy de la creencia, que al Estado y en general al país, no le interesa mejorar muchos sistemas, procesos y trámites, que en otros países se realizan desde el ordenador de casa o desde dispositivos móviles, dado que supondría que se podría prescindir de algunos de los aproximadamente tres millones de funcionarios en España, aumentando la tasa de desempleo y disminuyendo en proporción lo que parece casi más importante para algunos: los votos.
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