China es un
gran país, es innegable. Lo hace todo a lo grande. Tiene un gran pasado,
grandes hitos históricos, una gran densidad poblacional, un gran sistema de
infraestructuras, una Gran Muralla y en la era de la información, no podía ser
menos, un Gran Cortafuegos. Y es que
desde 2003 China vive acotada por un potente firewall capaz de filtrar la
información de gigantes tan poderosos como
Google (hasta la expulsión de su mercado), Facebook o Twitter, llevando la
figura del disidente a su versión 2.0
juzgando a quienes en su territorio hayan conseguido evadir el control del Glan Helmano.
Pero si a
China hay algo que le interesa y tiene capacidad para ello, es extenderse por
el mundo. De un tiempo a esta parte no dejamos de escuchar como el gigante
asiático será la superpotencia que nos domine comercialmente. Sin embargo
viviendo inmersos día a día en las redes sociales, y ahora también
corporativas*, me pregunto cómo hará el estandarte comunista para llevar a cabo
su colonización de los mercados manteniendo esa privación de la libertad de
información. Herramientas tan al uso como Yammer
que empresas de cierto tamaño ponen a disposición de sus empleados para
favorecer las interacciones laborales, parecen ideales para las grandes
corporaciones chinas en las que miles de trabajadores fluyen se cruzan pero no se mezclan. Las
posibilidades de innovación y creatividad que permitiría tal implementación
parece pudieran tener límites insospechados.
Pero dejando
al margen esta utilidad tan social, poco propia irónicamente de un régimen
comunista, sobre todo me pregunto cómo se resistirán las entidades chinas a los
beneficios que las redes ofrecen en relación a los perfiles corporativos B2C (Business to Consumer) tan arraigados en
el comercio asiático. Cabe reseñar que la búsqueda que he realizado del impacto
de este tipo de redes en el mercado chino en Internet ha sido totalmente
infructífera, encontrándome únicamente con congresos que hablan de sus pros y
sus contras, pero en absoluto de su implementación o experiencia con las
aplicaciones.
¿Dejará
China por tanto a un lado la posibilidad de conocer el impacto de sus productos
en el mercado de la mano directa del consumidor y el empleado? Con toda
probabilidad hará lo que mejor se le da hacer: replicar algún modelo de red de
información empresarial adaptándolo a las privaciones de libertad que faciliten
la perpetuidad del régimen.
* Si te ha
gustado este artículo, échale un vistazo a
Cuando Facebook cambió la cultura empresarial (Publicado el 21 de junio 2013)
1 comentario:
Carlos, has elegido un tema muy interesante! El desarrollo de la tecnología va un paso por delante del desarrollo de las herramientas de censura, de modo que es complicado que China pueda mantener un firewall eternamente.
La muralla China tal vez evitó invasiones en la edad media, pero la ola de libertad asociada internet es imparable!
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