Fruto del crecimiento de la tecnología y de los sistemas de información
dentro de las sociedades, se crean problemas de índole ética, tanto para los
individuos como para el conjunto de la empresa que los implanta.
Por un lado, el crecimiento de los sistemas
de información supone una ventaja ya que permite, tanto a las Empresas como a
los trabajadores, tener la capacidad de recopilar mayor cantidad de información
en menor tiempo, al ser ésta más accesible. En contraposición, puede
representar un riesgo para nuestra privacidad, al haber individuos o sociedades
que pueden detectar las deficiencias de los sistemas de información y
aprovechar esa extracción de información como un elemento de chantaje o de
poder. Es por ello, por lo que la protección de la privacidad se ha convertido
en una de las principales problemáticas de carácter ético y en la que se debe
tener en cuenta lo siguiente:
- Comprender las amenazas morales de las nuevas tecnologías.
- Establecer políticas de ética corporativa referentes a los sistemas de información.
Las principales corrientes tecnológicas que han aumentado las preocupaciones éticas son las siguientes:
- La duplicación de la capacidad de cómputo.
- Los avances en la capacidad de almacenamiento de datos y la disminución continua de los costes en este proceso.
- Los adelantos en la extracción de los datos de las bases de datos.
- El mayor auge de los trabajos por redes, incluyendo internet.
la
De cara a realizar un buen análisis ético es necesario seguir un proceso de
cinco pasos:
1. Describir claramente los hechos.
2. Definir el conflicto e identificar los valores en cuestión (libertad, privacidad, protección de datos).
3. Identificar a los interesados.
4. Identificar cuál es la opción mejor y más razonable para satisfacer a la mayor parte.
5. Valorar las posibles consecuencias de las distintas opciones.
Una vez realizado el diagnóstico ético, es crucial diseñar un conjunto de
políticas corporativas que den respuesta a cada una de las
preguntas que surgen en las diferentes dimensiones morales, de cara a que se
tomen las decisiones correctas. Las dimensiones morales a las cuales debe dar
respuesta la Compañía son las siguientes:
Derechos y obligaciones de información: ¿Qué derechos de información tienen los individuos y las organizaciones respecto a la información acerca de sí mismos? ¿Qué pueden proteger? ¿Qué obligaciones tienen los individuos y las organizaciones en lo que respecta a esta información?
Derechos de propiedad ¿Cómo se protegerán los derechos tradicionales de propiedad intelectual en una sociedad digital en la que sea difícil rastrear y justificar la propiedad y muy fácil hacer caso omiso de tales derechos?
Responsabilidad formal y control: ¿Quién puede rendir cuentas y hacerse responsable por los daños a los derechos de información y propiedad intelectuales y colectivos?
Calidad del Sistema: ¿Qué estándares de calidad de datos y sistemas se deben exigir para proteger los derechos individuales y la seguridad de la Sociedad?
Calidad de vida: ¿Qué valores deben preservarse en una sociedad basada en la información y los conocimientos? ¿Qué valores y prácticas culturales apoya la nueva tecnología de la información?
Hay claros ejemplos en la vida real en los que se plantean estos dilemas
éticos. Un claro ejemplo en el que una compañía utilizó los datos privados de sus trabajadores (edad) para obtener beneficio propio,
fue el de la Compañía Continental Can, cuya sede estaba en Norwalk (Connetica).
Esta compañía creó las bases de datos de recursos humanos con archivos individualizados para controlar la información por empleados. Además de datos visuales, el sistema incluía la
capacidad para marcar con una bandera roja aquellos archivos de empleados que
estuvieran acercándose a la edad de su retiro o de percibir una pensión. Durante los años ochenta, cuando
se izaba la bandera se despedía fulminantemente a los empleados, sin tener en
cuenta sus años de estancia, de desempeño y lealtad a la firma. Finalmente, en la década de
los noventa una corte del distrito federal de Nueva Jersey otorgó a los
empleados 445 millones de dólares en concepto de despido injustificado.
En definitiva, el desarrollo de los sistemas de información puede ser unas
herramientas de mucha utilidad para las empresas y para las sociedades sí se
emplean de una manera adecuada. Pero como todo, hay poner los medios y barreras
para evitar que toda la información que se maneja actualmente no se utilice en
propio beneficio del individuo o se le dé un uso que trascienda los derechos
éticos de los individuos.
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