Verano, buen tiempo (más o menos), cervezas al sol,
terrazas y reuniones de amigos. “Benditos bares”, no se me ocurre un spot
mejor. Y hablando y hablando, entre risas y cervezas, surgen debates: política,
fútbol, economía, la superpoblación de ciervos en Alaska… cualquier tema vale
mientras estemos rodeados de amigos.
Pero de un tiempo hasta ahora, las discusiones no son lo que eran. Antes, siempre estaba “el
típico listillo”, el “hombre de mundo”, que inexplicablemente tenía datos para
todo: “un estudio de Harvard dice que…”, “en realidad, Napoleón murió
envenenado”, “el arquitecto de la torre Picasso fue Norman Foster”. Ahora, las
discusiones se acaban con un “vamos a mirarlo en Google”. Es cierto, Google
tiene respuestas para todo…¿para todo? Sí, Google puede ser un buen arma para
callar a nuestro “amigo listillo”, pero me niego a pensar que haya una verdad
absoluta en la red. Yo, mientras, seguiré discutiendo defendiendo hasta la
muerte que Guardiola fue el mejor jugador de la historia, me da igual lo que
diga Google.
Para los que hayáis buscado, sé que el arquitecto
de Picasso no es Foster; era para poneros a prueba y ver si era cierto que nos
creemos que la verdad está en la red.
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