Cuando nos planteamos emprender un negocio muchas son las dudas que se nos presentan, tanto a nivel económico o financiero como en la forma o estructura que queremos darle.
Una herramienta muy útil que nos puede orientar a la hora de decidir cómo podemos organizar nuestro negocio es la cadena de valor de Porter. A través de ella se enumeran todos los pasos necesarios para estructurar cualquier empresa, al igual que en el modelo de Canvas ya comentado en mi anterior artículo,
http://siempresa.blogspot.com.es/2012/06/como-integar-el-modelo-canvas-en.html, ésta se compone de pocos campos, simples y fáciles de recordar pero muy importantes y necesarios a tener en cuenta a la hora de poner en marcha cualquier negocio.
Esta cadena está formada principalmente por dos núcleos, uno relativo a las actividades principales de la empresa dividida a su vez por las áreas que tienen una influencia directa en nuestro negocio como son las compras, la logística o los servicios que queremos prestar, y otro formado por actividades secundarias o de soporte que complementan a las áreas principales como la tecnología y los recursos humanos.
El resultado que se obtiene en estas dos actividades nos da un margen final por la diferencia entre los ingresos totales y los costes incurridos por la sociedad en el desarrollo de su actividad.
Este modelo pueda aplicarse tanto a la estructura propia de la empresa que pretendamos desarrollar o previamente ya tengamos montada como a la relación de ésta con el resto de factores de su entorno, estos son los proveedores en la fase anterior de la cadena, como los clientes, en la fase posterior de la cadena de valor.
Para tener una correcta utilización del modelo y que éste funcione deberemos de tener al día nuestro sistema de información empresarial, esto es el sistema de integración formado por el ERP, CRM, RRHH, Business Intelligence… que interrelacionan todas las áreas de la empresa.
Con ello podremos crear valor en nuestra empresa mediante el estudio individualizado de los distintos campos que componen la cadena, pudiendo dividir estos campos en varias actividades en función de la estrategia que pretendamos desarrollar o implementar. Por ejemplo se podría descomponer la cadena en los siguientes campos:
De esta manera tenemos una visión mucho más reducida y centrada en aquellas líneas del negocio donde queremos poner un especial énfasis, evitando dedicar recursos y esfuerzos en otras actividades que no serían relevantes o que no aportarían suficiente valor a la empresa. Teniendo un reparto de costes y activos mucho más eficiente que de no haber tenido diseñado un modelo basado en actividades diferenciadas pero, a su vez, todas ellas relacionadas e integradas en la cadena empresarial.
Por tanto, su utilización puede suponer una ventaja competitiva a la hora de diseñar e implantar nuestro modelo de negocio respecto a las demás empresas que no la tengan en consideración.
3 comentarios:
Es fundamental una buena gestión de los recursos que dispone una empresa a la hora de crear un nuevo negocio o de reestructurarlo.
Como bien comentas en tu articulo, analizando la cadena de valor, podemos obtener ventajas competitivas. Para conseguir esas ventajas, se necesita analizar la capacidad de la empresa en la cadena de valor, para desarrollar, mas eficientemente que sus competidores, aquellas actividades competitivas decisivas.
Esa es la idea que pretendía dar, con una buena gestión de los recursos tanto de la información como materiales a lo largo de la cadena de la empresa, se consigue una mayor eficiencia y, por tanto, una ventaja competitiva frente a los competidores.
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