jueves, 4 de julio de 2013

EL COMERCIO ELECTRÓNICO EN LOS PEQUEÑOS NEGOCIOS


En los tiempos que corren, en que es impensable cualquier transacción que no pueda realizarse a través de un ordenador, o quizás a través de un teléfono móvil, disponiendo únicamente de una buena conexión a internet, aún existen pequeños agentes de nuestra economía cuya penetración en este canal es todavía muy reducida.
Yéndonos a lo más básico, al día a día de una persona de a pié. Podemos contratar adsl, telefonía, luz y gas. Consultar nuestras facturas, pagarlas, hacer una transferencia en la banca electrónica. Reservar un billete de avión, de tren. Cambiar la reserva, una vez, otra. Cancelarla. Solicitar cientos de documentos a la administración pública. Comprar un pantalón o unos zapatos en zara.es. Planear las vacaciones. Podemos, podemos… y puedo seguir.
No obstante, en numerosas ocasiones, estas opciones se circunscriben a las grandes empresas. Entidades que, por un lado, han contado con los recursos necesarios para montar plataformas lo suficientemente amplias, sencillas y autogestionables como para hacerse un hueco en la dinámica comercial de los consumidores; y por otro lado, han sabido anticiparse a la feroz competencia que Internet y las nuevas tecnologías han conseguido despertar.
Pero, ¿qué pasa con los pequeños negocios? Aún a día de hoy, muchas empresas realizan sus transacciones como si no hubiera pasado el tiempo. Desde el mismo punto de venta. Me refiero a la pequeña mercería del barrio, la tienda de mascotas, la frutería…
Pero estos negocios no pueden por más tiempo mantenerse ajenos a la realidad. Tal y como se muestra en la siguiente tabla, la evolución del comercio electrónico es imparable.
Esto indica que ya todas las grandes empresas han incorporado el comercio eletrónico a su operativa diaria.
La tendencia será que las pequeñas empresas incorporen a sus negocios sistemas POS (Point of Service), consiguiendo llegar al lugar donde se encuentran sus clientes y sus necesidades.
Entendamos los sistemas POS. La creencia generalizada es que un sistema POS se reduce a canalizar el pago del cliente, y llevar un registro de entradas y salidas e caja. Nada más lejos. Además del registro de operaciones con tarjetas de débito o crédito, registra las ventas, analizan costes y llevan un seguimiento pormenorizado del inventario. Todo esto como funcionalidades básicas. Pero también permite a los pequeños negocios desarrollar un CRM. Apoya al marketing del pequeño negocio. A través de un sistema POS se mantienen las bases de datos de los clientes, se siguen sus patrones, se recuerdan fechas de cumpleaños y otra información sensible, maneja cupones descuento, fideliza al cliente.
No podemos olvidarnos además de lo importante que resulta a día de hoy tener presencia en la red. Si no estás en Internet, no existes.
La escala que era necesaria hace años para contar con un espacio web accesible al público es ya historia. Con las aplicaciones web de bajo coste, las pequeñas empresas están quedando sin excusas. Estas son algunas herramientas que hacen que la aplicación de comercio electrónico sea ineludible:
           Shopify: con cuotas mensuales a partir de $ 30, Shopify ofrece las características necesarias para construir la tienda online, con plantillas, hosting…
           Volusion: por $ 15 al mes, se obtiene un conjunto básico de servicios, incluyendo el software de comercio electrónico para los que empiezan un negocio online.
 
Todas estas son algunas de las opciones que los pequeños negocios tienen a su alcance para mantenerse en la carrera por tener su hueco en el mercado. El mundo sigue avanzando, y nadie puede quedarse atrás.

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