jueves, 4 de julio de 2013

El consumidor y su rastro

Tarjetas de fidelización: ¿Compensa la pérdida de confidencialidad?


¿Cuántas  veces hemos sido asaltados en cadenas de restauración, tiendas, gasolineras para que nos hagamos las típicas tarjetas de fidelización?
Las empresas no paran de hablar de las ventajas que ofrecen las tarjetas (regalos, información sobre ofertas, información sobre eventos, muestras gratuitas) a cambio de un simple gesto: el pasar la tarjeta de cliente.
¡Tengo miles de descuentos!

Evidentemente, nadie regala a cambio de nada, y es que mientras que pasamos nuestras tarjetas, estamos dando a cambio valiosa información sobre nuestros gustos, hábitos de compra y costumbres.
 
Damos nuestro dinero y nuestra información, a cambio de un descuento o una muestra gratuita, de modo que las compañías son capaces de lanzarnos mensajes cada vez más individualizados, pasando de una publicidad de masas a una publicidad individualizada, en base a mis hábitos históricos.
 
Las empresas saben qué, cómo, cuándo y cuánto gasto a través de información que nosotros mismos les facilitamos. Sólo es necesario que un programa informático procese todos los rastros que vamos dejando.


¡Sigue dándonos información!

El desarrollo de los sistemas de información genera tales posibilidades de proceso de datos y de seguimiento de los mismos, que sólo nos quedad por hacer balance y tomar una decisión: ¿Mi intimidad vale más que las ventajas que me ofrecen las tarjetas regalo?

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