lunes, 8 de julio de 2013

Gran hermano sin consentimiento


En la sociedad actual de consumo, los sistemas de la información se están convirtiendo en bienes masivos de consumo, de manera que estos forman parte de la vida diaria de la mayoría de la población en los países desarrollados. Las herramientas que ofrecen estos medios se han incorporado hasta tal punto en nuestro día a día que imaginar nuestra vida cotidiana sin ellos se hace complicado. De forma habitual, consultamos la ruta más rápida a cualquier punto del mapa desde nuestra ubicación actual, compramos productos a través de la web, mantenemos el contacto con amigos y compañeros, buscamos trabajo...

Estas actividades realizadas a través de internet son monitorizadas; quedando nuestras imágenes, opiniones y preferencias almacenadas en los servidores. Otros servicios monitorizan incluso nuestra localización en cada momento. De este modo, se pone en jaque gran parte de nuestra intimidad.  


Desde el surgimiento de internet y especialmente tras la proliferación de las redes sociales, se escuchan voces que alarman sobre la falta de privacidad existente en este medio, no solo por la abundante diversidad de programas espía y hackers informáticos que pueden acceder a nuestra información y datos con fines dañinos; sino también por la acumulación de datos de los propios proveedores de servicios. Es conocido por ejemplo que Google almacena las búsquedas de sus usuarios vinculando el tipo de búsquedas a sus perfiles.  También se ha criticado que las redes sociales, como Facebook, adquieren la propiedad y los derechos de uso de toda imagen e información (gustos, estilo de vida…), con fines diversos que van desde la venta de fotografías para su posterior utilización por otros medios, hasta la elaboración de bases de datos que se venden, por ejemplo, con fines publicitarios.

Recientemente los diarios estadounidenses  Washington Post y The Guardian han destapado que la Agencia de Seguridad Nacional de EEUU (NSA) ha sido autorizada para acceder a la información en los servidores de compañías como Microsoft, Google, Facebook o Apple pudiendo acceder a correos electrónicos, mensajes y conversaciones privadas de millones de usuarios de todo el mundo. Este proyecto, denominado PRISM, tiene por objetivo, presuntamente, ayudar al Gobierno de EEUU en su lucha contra el terrorismo. Dicha herramienta gubernamental consiste en la búsqueda de palabras claves en las comunicaciones entre usuarios. En cualquier caso, para ello se monitorizan todas las conversaciones a las que la Agencia tiene acceso, pudiendo seguirse así, las conversaciones de cualquier individuo u organización, sin necesidad de que sean considerados presuntos terroristas; lo cual supone una potente herramienta de espionaje en manos del Gobierno de EEUU.

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