sábado, 15 de junio de 2013

¿Es todo oro lo que reluce en la vena on-line?


La venta on-line se ha convertido actualmente en una de las herramientas más utilizadas por todos los usuarios de la red. La facilidad con la que se puede comprar en internet y la gran variedad de tiendas on-line, hacen que cada vez existan mayores adeptos a esta nueva forma de “salir de compras”.

¿Pero, es esta nueva manera de comprar fiable?
 
A la hora de comprar en internet, nos podemos encontrar con grandes desventajas que pueden ocasionar más de un disgusto al comprador:
En primer lugar y la más importante, la seguridad. Para poder comprar tenemos que dar todos nuestros datos de tarjeta de crédito, lugar donde vivimos… Estos datos pueden ser grabados para ser utilizados en nuestro nombre sin nuestro consentimiento, el denominado robo de identidad. Además de  poder tener la mala suerte de que nos roben nuestro dinero.
No podemos probar el producto antes de comprarlo. Ya sea por ejemplo un pantalón, un perfume o un electrodoméstico. Nosotros como clientes nos fiamos por lo tanto del establecimiento que nos vende el artículo.
 
No podemos comprar todos los productos que queramos. Es fácil comprar prendas de ropa, si no nos gusta se devuelve en el momento de ir a recogerla, ¿pero, y la comida?. Los productos frescos de comida se ponen malos si las condiciones de envío no son las adecuadas, pero esas condiciones aumentan el precio del producto, ¿merece la pena entonces?.
La entrega de productos no es instantánea, puede tardar varios días, incluso semanas. Hay veces que no podemos esperar tanto tiempo por muy barato que nos haya costado el producto.
Otra cuestión importante es, ¿existen todos los productos que se venden? Hay páginas web de ropa, comida, electrónica... que por nuestro conocimiento de la marca, su buena publicidad y reputación hacen que  nos fiemos de ellos por completo a la hora de comprar. Pero existen otras páginas que pueden colgar anuncios de compra/venta en la que el producto no existe. Cada día hay nuevos clientes engañados tanto porque el producto no existe como porque el producto que venden ha sido robado anteriormente.
El fraude en España a finales de 2012 era de alrededor un 8%, siendo uno de los países menos afectados de la Unión Europea.
Hoy en día, los jóvenes entre 25-34 años son los que más usan el comercio electrónico y lo que más compramos en la web son: viajes, alojamientos para vacaciones, coches de alquiler, entradas de espectáculos, ropa, bienes de hogar, libros y revistas y equipamientos informáticos y electrónicos.
Debemos concienciarnos bien de que el dato del 8% es un dato real, y que un día podemos ser nosotros parte de ese porcentaje que crece día tras día.
 
 

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