martes, 18 de junio de 2013


¿Puede extenderse por Europa el ejemplo sueco de veto a Google?

En el municipio de Salem (Suecia) se ha prohibido a los funcionarios  el seguir utilizando aplicaciones de Google, como Gmail y Google Drive, alegando que el buscador tiene una gran libertad para utilizar datos personales y que no se garantiza la correcta protección de la información privada.
 
Se trata de otro capítulo más en la cada vez más deteriorada relación entre la Unión Europea y Google relacionada con su política de privacidad. Google accede a toda la información que circula por la red en tiempo record y da acceso a cualquiera desde cualquier lugar del mundo sin tener previo consentimiento por parte de la persona o empresa en cuestión sobre que información divulga y cual no.
En mi opinión se trata de una medida puntual por parte de un gobierno municipal que no creo que tenga repercusión a nivel continental pese a las discrepancias con las autoridades europeas. Es verdad que nadie puede controlar la información que facilita Google pero se trata de una compañía que ofrece un servicio de primerísima necesidad como es el acceso a información que beneficia más que perjudica. Google es una herramienta fundamental para todas las empresas ya que permite que estas sean conocidas y tiene un gran impacto sobre el marketing relacional y las soluciones de CRM. Ha contribuido a reducir los costes de interacción de las empresas, da bidireccionalidad a la información, mejora los procesos comerciales, destaca su eficacia, eficiencia y rapidez en su comunicación, da resultados muy precisos, personalizados y segmentados permitiendo a la persona que utiliza la herramienta encontrar lo que realmente busca en tiempo record y está siempre a nuestra disposición 24h al día durante todo el año. 

Es verdad que google tiene acceso a mucha información privada pero hay que matizar que nosotros, en la mayoría de los casos, la hemos cedido voluntariamente al inscribirnos en cuentas de mail, redes sociales o diversas páginas web y él no es más que un recolector de toda esa información. Puede ser que Google haya traspasado los límites de la privacidad en algunos casos como con los datos personales que captaba a través de redes wifi pero en mi opinión, desde el punto de vista de la empresa, su principal tarea es la de nutrir de información al sistema, dar a conocer distintas empresas y productos, y poner en contacto a clientes a proveedores lo cual hace muy eficientemente. Es por todo ello por lo que no creo que se extienda el veto a Google ya que su contribución a la sociedad es vital hoy en día y no podríamos concebir el funcionamiento de internet (el principal medio de comunicación hoy en día) sin él.









 
 
 

2 comentarios:

Francisco Hernanz dijo...

Sinceramente Manuel, estoy en contra de que sea una medida puntual. Me parece que la medida tomada por Suecia es un modelo a seguir. De esta manera, empresas que abusan de la privacidad de los individuos se verían obligadas a modificar sus políticas de actuación. Espero que en España ocurra algo similar en el corto plazo

Unknown dijo...

Respondiendo a la pregunta que titulaba esta entrada, actualmente parece improbable que los gobiernos europeos se pongan de acuerdo en (¿algo?) vetar el uso de una herramienta tan básica en nuestros días como Google y sus extendidísimas apps.

Resulta irónico que un Estado de Bienestar tan visionario como el sueco, permita que uno de sus municipios esté acotando los derechos de sus funcionarios, aunque tal medida haya sido adoptada en pos de su protección. Afortunadamente se trata en nuestro continente de un hecho aislado que no parece proclive al contagio. Sin embargo no puedo evitar relacionarlo con la otra cara de la moneda: el extensísimo veto que el régimen comunista chino mantiene desde 1996 en su territorio, con 30.000 funcionarios dedicados a este fin. En este caso, desarmar a la población de información y sumirla en una profunda ignorancia de qué está ocurriendo en tiempo real es la finalidad perseguida. Por ello tristemente no podemos afirmar que privar de la libertad de información a un enorme conjunto poblacional sea imposible.

Independientemente de la finalidad, en mi opinión acotar los derechos de las personas no es sino siempre un menoscabo de su libertad personal, por lo que respiro aliviado de no tener que asomarme como europeo a ese abismo de privación.