sábado, 22 de junio de 2013

Yammer no será de momento un cuento chino

China es un gran país, es innegable. Lo hace todo a lo grande. Tiene un gran pasado, grandes hitos históricos, una gran densidad poblacional, un gran sistema de infraestructuras, una Gran Muralla y en la era de la información, no podía ser menos,  un Gran Cortafuegos. Y es que desde 2003 China vive acotada por un potente firewall capaz de filtrar la información de gigantes tan poderosos  como Google (hasta la expulsión de su mercado), Facebook o Twitter, llevando la figura del disidente  a su versión 2.0 juzgando a quienes en su territorio hayan conseguido evadir  el control del Glan Helmano.
 
Pero si a China hay algo que le interesa y tiene capacidad para ello, es extenderse por el mundo. De un tiempo a esta parte no dejamos de escuchar como el gigante asiático será la superpotencia que nos domine comercialmente. Sin embargo viviendo inmersos día a día en las redes sociales, y ahora también corporativas*, me pregunto cómo hará el estandarte comunista para llevar a cabo su colonización de los mercados manteniendo esa privación de la libertad de información. Herramientas tan al uso como Yammer que empresas de cierto tamaño ponen a disposición de sus empleados para favorecer las interacciones laborales, parecen ideales para las grandes corporaciones chinas en las que miles de trabajadores  fluyen se cruzan pero no se mezclan. Las posibilidades de innovación y creatividad que permitiría tal implementación parece pudieran tener límites insospechados.
Pero dejando al margen esta utilidad tan social, poco propia irónicamente de un régimen comunista, sobre todo me pregunto cómo se resistirán las entidades chinas a los beneficios que las redes ofrecen en relación a los perfiles corporativos B2C (Business to Consumer) tan arraigados en el comercio asiático. Cabe reseñar que la búsqueda que he realizado del impacto de este tipo de redes en el mercado chino en Internet ha sido totalmente infructífera, encontrándome únicamente con congresos que hablan de sus pros y sus contras, pero en absoluto de su implementación o experiencia con las aplicaciones.
 


 



¿Dejará China por tanto a un lado la posibilidad de conocer el impacto de sus productos en el mercado de la mano directa del consumidor y el empleado? Con toda probabilidad hará lo que mejor se le da hacer: replicar algún modelo de red de información empresarial adaptándolo a las privaciones de libertad que faciliten la perpetuidad del régimen.
 
* Si te ha gustado este artículo, échale un vistazo a Cuando Facebook cambió la cultura empresarial (Publicado el 21 de junio 2013)

1 comentario:

Unknown dijo...

Carlos, has elegido un tema muy interesante! El desarrollo de la tecnología va un paso por delante del desarrollo de las herramientas de censura, de modo que es complicado que China pueda mantener un firewall eternamente.
La muralla China tal vez evitó invasiones en la edad media, pero la ola de libertad asociada internet es imparable!