martes, 31 de julio de 2012

Sistemas de seguridad de la información ¿tanto hemos cambiado?

Desde tiempos inmemoriales, los hombres han buscado la protección de todo aquello que les pertenece, siendo protegido cómo si de un bien único y extremadamente valioso se tratase.

No sólo hablamos de bienes materiales, sino de bienes personales o simplemente de la protección de una idea. Pues bien, hoy en día en pleno siglo XXI la búsqueda de la seguridad total sigue de actualidad, no hay hombre, padre, abuelo, empresario o un simple trabajador que no se las ingenie para proteger a la familia, los papeles de trabajos o la propiedad intelectual de una ingeniosa idea a base de crear contraseñas imposibles de recordar o sistemas de seguridad difíciles de manipular y mantener a lo largo del tiempo.
Es interesante echar un vistazo atrás y ver como los antiguos utilizaban ya sistemas, algo arcaicos si los comparamos con las tecnologías utilizadas en el S.XXI, de seguridad y protección de los pergaminos y diferentes manuscritos guardados cuidadosamente en famosas bibliotecas como la de Alejandría,  ante la atenta mirada de los pocos eruditos que permitían o denegaban el acceso a la misma, autorizando de este modo el acceso a una inimaginable fuente de información y sabiduría a sólo unos pocos privilegiados.
Actualmente, continuamos buscando maneras de proteger y mantener a buen recaudo la información que manejamos en los diferentes trabajos que desempeñamos. Con el paso del tiempo hemos ido siendo cada vez mas conscientes del poder que tiene la información y quien la maneja, se han ido creando normativas de protección de datos, certificados para empresas que garanticen a sus clientes que sus datos son privados y secretos (certificados ISO y AENOR), porque quien tiene la información, tiene el poder. Empresas y competidores son conscientes de la gran ventaja competitiva que una buena base de datos puede aportar a su negocio y la guerra, en cubierto, de la información está a la orden del día y por ello es necesario protegerse, luchar y concienciar sobre importancia de mantener “bajo llave” las bases de datos.

Un gran dicho popular dice “Las viejas costumbres nunca mueren” pues bien, no sólo no mueren sino que se renuevan y modernizan, pero… ¿tanto hemos cambiado?


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